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13 noviembre, 2025 noticias

Los años pasan para todos, también para nuestros compañeros de cuatro patas. Con el tiempo, las necesidades de salud de perros y gatos cambian, y lo que antes era una simple revisión anual puede convertirse en una herramienta esencial para detectar a tiempo enfermedades silenciosas.
El chequeo sénior es mucho más que un control rutinario: es una manera de anticiparse a los problemas y garantizar calidad de vida en la vejez.

En la clínica, cada vez vemos más tutores conscientes de que sus mascotas viven más años gracias a la buena alimentación, las vacunas y los cuidados diarios. Pero vivir más no siempre significa vivir mejor. Por eso, la medicina preventiva cobra aún más valor cuando se alcanzan los años maduros.

¿Cuándo se considera que una mascota es sénior?

La edad a la que un perro o gato entra en la etapa sénior depende de su tamaño y especie.
En términos generales:

  • Perros de razas pequeñas: a partir de los 8-9 años.
  • Perros medianos y grandes: entre los 6 y 8 años.
  • Gatos: desde los 9-10 años, aunque algunos pueden envejecer más lentamente.

A partir de ese momento, el cuerpo comienza a experimentar cambios progresivos: el metabolismo se vuelve más lento, los órganos trabajan con menor eficiencia y pueden aparecer alteraciones articulares, renales o cardíacas sin síntomas evidentes.

Por eso, el chequeo sénior no espera a que haya signos de enfermedad; se adelanta a ellos.

¿En qué consiste un chequeo sénior?

Un chequeo sénior es una revisión veterinaria completa y adaptada a las necesidades de la edad.
Durante la consulta, el veterinario evalúa aspectos que pueden pasar desapercibidos en casa, como el estado del corazón, los riñones, el hígado, los dientes o las articulaciones.

El protocolo habitual incluye:

  • Exploración física general: peso, temperatura, auscultación cardiaca y pulmonar, palpación abdominal, revisión ocular, dental y cutánea.
  • Análisis de sangre y orina: permiten detectar problemas en órganos internos antes de que haya síntomas visibles.
  • Medición de presión arterial: muy útil para prevenir complicaciones renales o cardíacas.
  • Revisión del dolor articular y movilidad: especialmente en perros y gatos con artrosis o displasia.
  • Ecografía o radiografía (según el caso): para valorar estructuras internas y detectar alteraciones tempranas.

Estos controles permiten diagnosticar a tiempo enfermedades frecuentes del envejecimiento, como insuficiencia renal, diabetes, hipotiroidismo, hipertensión, problemas hepáticos o cardiopatías.

La importancia de la detección precoz

En muchos casos, las enfermedades crónicas no presentan síntomas claros en sus primeras fases. Cuando el tutor nota algo “raro”, como pérdida de peso, apetito irregular o cansancio, la dolencia puede estar avanzada.

Un chequeo anual (o semestral en animales mayores o enfermos crónicos) permite actuar antes de que aparezcan daños irreversibles.

Por ejemplo:

  • Un análisis rutinario puede detectar un inicio de insuficiencia renal, y con dieta y medicación adecuadas se puede frenar su progresión.
  • Un control de glucosa puede descubrir una diabetes incipiente, evitando episodios graves como hipoglucemias o cetoacidosis.
  • Una revisión cardiaca puede prevenir desmayos o colapsos en razas predispuestas a enfermedad cardíaca.

En definitiva, la prevención no solo alarga la vida, sino que la hace más cómoda y feliz.

Cambios que podemos notar en casa

Aunque algunos problemas solo se detectan con pruebas, los tutores pueden observar señales de alerta que justifican una revisión más detallada.

Entre los signos más frecuentes se encuentran:

  • Dormir más de lo habitual o mostrar menos interés por jugar.
  • Beber u orinar con mayor frecuencia.
  • Pérdida o aumento repentino de peso.
  • Halitosis o dificultad para masticar.
  • Tos, jadeo o respiración forzada.
  • Dureza al levantarse, cojera o rigidez.
  • Cambios de comportamiento o desorientación.

Si reconoces alguno de estos signos en tu compañero, no lo atribuyas solo a la edad: en muchos casos hay una causa médica detrás que puede tratarse o aliviarse con facilidad.

Alimentación y estilo de vida en la etapa sénior

La dieta es un pilar fundamental del bienestar en la vejez. Los piensos sénior están formulados con menos calorías, proteínas de alta digestibilidad y nutrientes que protegen articulaciones, riñones y sistema inmunitario.

Además, mantener un peso adecuado reduce la carga sobre las articulaciones y ayuda a controlar enfermedades metabólicas.

El ejercicio sigue siendo importante, pero adaptado: paseos más cortos y frecuentes, juegos suaves o estimulación mental con juguetes interactivos.

En los gatos mayores, fomentar el movimiento y el acceso a zonas elevadas con rampas o escaleras ayuda a mantener la agilidad sin riesgo de caídas.

El papel del dolor: silencioso pero frecuente

Uno de los mayores retos en animales mayores es el dolor crónico, sobre todo de origen articular o dental.

Muchas veces, los perros y gatos no se quejan ni gimen, simplemente dejan de hacer lo que antes disfrutaban: saltar al sofá, subir escaleras o jugar.

Detectar ese dolor y tratarlo mejora de forma radical su bienestar diario.

Hoy existen tratamientos específicos, fisioterapia, láser terapéutico y suplementos condroprotectores que permiten recuperar movilidad y confort sin efectos secundarios importantes.

Revisión dental: una prioridad olvidada

La salud bucal suele deteriorarse con la edad, y las infecciones dentales crónicas pueden afectar al corazón, los riñones o el hígado.

Por eso, el chequeo sénior también incluye la revisión de dientes y encías, con limpiezas periódicas si es necesario.

Un buen cuidado dental no es solo una cuestión estética, sino una parte esencial de la salud general.

Cuidar del cuerpo… y también de la mente

El envejecimiento no solo afecta al cuerpo. Algunos perros y gatos mayores desarrollan síndrome de disfunción cognitiva, un proceso similar a la demencia en humanos.

Pueden mostrarse desorientados, confusos, o incluso olvidar rutinas.
Aunque no tiene cura, el diagnóstico temprano y ciertos suplementos nutricionales pueden ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida.

El cariño, la paciencia y la estimulación mental diaria son tan importantes como cualquier tratamiento.

Envejecer bien es posible

Ver envejecer a tu compañero peludo puede generar cierta nostalgia, pero también es una etapa llena de ternura y conexión.

Con un chequeo periódico y algunos cuidados adaptados, puede seguir disfrutando de su día a día con vitalidad y alegría.

El objetivo no es solo que viva más años, sino que los viva con bienestar, sin dolor y con la compañía que tanto se merece.

En Clínica Veterinaria Estivet, acompañamos a tu mascota en cada etapa de su vida, especialmente cuando necesita más atención y cuidado.

Si tu perro o gato ya es mayor de siete años, te recomendamos realizar un chequeo sénior anual para anticiparte a cualquier problema y garantizar su bienestar.

Contacta con nosotros y dale a tu mascota el cuidado que se merece.


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15 octubre, 2025 noticias

El dolor articular en perros y gatos es un problema más común de lo que muchos tutores piensan. A medida que nuestras mascotas envejecen, sus articulaciones se desgastan y pueden aparecer enfermedades como la artrosis. Sin embargo, los problemas articulares no afectan solo a animales mayores: lesiones, sobrepeso o enfermedades hereditarias también pueden desencadenar molestias en ejemplares jóvenes. Reconocer las señales de dolor articular es fundamental para buscar ayuda veterinaria a tiempo y mejorar la calidad de vida de nuestros compañeros peludos.

¿Por qué se produce el dolor articular?

Las articulaciones permiten el movimiento fluido de las extremidades, pero cuando se inflaman o se desgastan provocan dolor y rigidez. Entre las causas más frecuentes encontramos:

  • Enfermedades degenerativas como la artrosis.
  • Lesiones traumáticas, fracturas o luxaciones.
  • Alteraciones hereditarias como la displasia de cadera o de codo.
  • Sobrepeso, que aumenta la presión sobre huesos y articulaciones.
  • Procesos inflamatorios o infecciosos.

También influyen factores ambientales y de estilo de vida, como el tipo de superficie por la que camina el animal, la intensidad del ejercicio o la falta de actividad física.

Principales señales de dolor articular en perros y gatos

Dificultad para moverse

Una de las señales más claras es cuando tu mascota tarda más en levantarse, evita subir escaleras o se muestra reacia a correr y jugar como antes. Muchos tutores confunden este comportamiento con “pereza” o envejecimiento normal, pero suele ser una señal de dolor.

Cojera intermitente o constante

El dolor en una articulación puede hacer que tu perro o gato cojee, especialmente después de dormir o tras realizar ejercicio. En algunos casos la cojera mejora con el movimiento, pero vuelve a aparecer tras el reposo.

Rigidez al levantarse

Los animales con dolor articular suelen mostrar rigidez, sobre todo en las primeras horas de la mañana o tras permanecer mucho tiempo tumbados. Este signo es muy característico en la artrosis.

Cambios en la postura y en la forma de andar

El dolor puede hacer que modifiquen su forma de caminar, apoyen más una pata que otra o se sienten de manera diferente para evitar la molestia. Algunos incluso arrastran las patas traseras o caminan con pasos más cortos.

Reducción de la actividad

Una mascota que antes disfrutaba de los paseos largos o de los juegos puede volverse más sedentaria, mostrando apatía o cansancio excesivo. Esta reducción de la actividad no solo afecta a su salud física, sino también a su bienestar emocional.

Irritabilidad o cambios de carácter

El dolor continuo afecta al comportamiento: pueden mostrarse más nerviosos, agresivos al tocarlos o, por el contrario, más retraídos. El carácter de tu mascota puede cambiar de forma notable cuando no se siente bien.

Lamerse o morderse la zona afectada

En un intento de aliviar el malestar, muchos animales se lamen insistentemente la articulación dolorida. Esto puede provocar irritación adicional o incluso infecciones secundarias en la piel.

Atrofia muscular

La falta de uso de una extremidad por dolor puede llevar a la pérdida de masa muscular, lo que agrava aún más el problema articular. En casos avanzados, se observa una notable diferencia de grosor entre las extremidades.

Cómo confirmar el diagnóstico

Aunque estas señales son muy indicativas, solo un veterinario puede confirmar la presencia de dolor articular mediante exploraciones físicas, radiografías o pruebas complementarias. En ocasiones, se realizan ecografías, análisis de líquido sinovial o pruebas de laboratorio para descartar enfermedades asociadas.

Detectar a tiempo el problema permite instaurar tratamientos que mejoran notablemente la movilidad y reducen el dolor. Cuanto antes se diagnostique, mejores serán los resultados del tratamiento.

Tratamiento y cuidados

El manejo del dolor articular es individualizado e incluye:

  • Medicación antiinflamatoria o analgésica prescrita por el veterinario.
  • Condroprotectores que ayudan a proteger el cartílago y retrasar su desgaste.
  • Control del peso para reducir la presión sobre las articulaciones.
  • Ejercicio moderado y fisioterapia adaptada, como la hidroterapia.
  • Camas ortopédicas y superficies antideslizantes en casa.

En algunos casos, cuando el dolor es severo o existe una malformación importante, puede ser necesaria la cirugía. Existen técnicas quirúrgicas avanzadas, como prótesis de cadera o artroscopias, que pueden devolver la movilidad a perros y gatos con problemas graves.

Prevención del dolor articular

Además del tratamiento, existen medidas que los tutores pueden aplicar para prevenir o retrasar la aparición de problemas articulares:

  • Mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular.
  • Evitar los saltos bruscos o el ejercicio excesivo en cachorros de razas grandes.
  • Ofrecer superficies blandas para descansar, evitando suelos fríos o duros.
  • Realizar revisiones veterinarias periódicas, especialmente en perros de razas predispuestas.
  • Introducir suplementos nutricionales bajo consejo veterinario cuando sea necesario.
  • Favorecer rutinas de ejercicio controlado, que mantengan los músculos fuertes y las articulaciones en movimiento.

La importancia de la fisioterapia y la rehabilitación

Cada vez más clínicas veterinarias incluyen programas de fisioterapia y rehabilitación para tratar el dolor articular. Estas terapias incluyen:

  • Masajes para reducir la tensión muscular.
  • Ejercicios de movilidad guiados.
  • Hidroterapia, que permite ejercitarse sin impacto en las articulaciones.
  • Láser terapéutico o magnetoterapia, que favorecen la recuperación y reducen el dolor.

La fisioterapia no solo mejora la movilidad, sino que también ayuda a mantener una buena calidad de vida y retrasar la progresión de enfermedades degenerativas.

Conclusión

El dolor articular en mascotas no debe considerarse una consecuencia inevitable de la edad. Reconocer sus señales permite actuar a tiempo y mejorar de manera significativa la calidad de vida de perros y gatos. Con un diagnóstico precoz, un plan de tratamiento adaptado y medidas de prevención, es posible reducir el dolor, mejorar la movilidad y ofrecer a nuestras mascotas una vida más activa y feliz.

En Clínica Veterinaria Estivet, contamos con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de problemas articulares. Si notas que tu compañero peludo cojea, evita moverse o ha cambiado su comportamiento, no lo dejes pasar.

Contacta con nosotros y ayúdale a recuperar su movilidad y bienestar.


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24 septiembre, 2025 noticias

Para muchas mascotas, la visita al veterinario puede ser una experiencia estresante. El traslado en transportín, los olores nuevos, otros animales en la sala de espera o incluso la manipulación durante la exploración clínica pueden generar ansiedad y miedo. Como tutores, es normal sentir preocupación cuando vemos a nuestro perro o gato inquieto en este contexto, pero la buena noticia es que existen estrategias sencillas para reducir su estrés y hacer que estas visitas sean más llevaderas.

¿Por qué se estresan las mascotas en el veterinario?

Los animales perciben el mundo de forma diferente a los humanos. Los ruidos, los olores, los cambios de entorno y la manipulación física pueden resultarles muy intensos. Algunas de las razones más frecuentes del estrés en la clínica son:

  • Experiencias previas negativas: una visita con dolor o un procedimiento invasivo puede dejar una mala asociación.
  • Sensibilidad a los olores y ruidos: la clínica está llena de estímulos nuevos y extraños.
  • Separación del hogar y de la rutina: los cambios generan inseguridad.
  • Falta de socialización o habituación: algunos perros y gatos no están acostumbrados a viajar, a los transportines o a interactuar con desconocidos.

Reconocer estos factores nos ayuda a preparar mejor cada visita.

Preparativos en casa: la clave para un buen comienzo

El manejo del estrés empieza incluso antes de salir de casa. Una buena preparación previa marca la diferencia.

  • Acostumbra a tu mascota al transportín: déjalo abierto en casa con una manta cómoda y golosinas dentro para que lo relacione con algo positivo.
  • Asocia el coche a experiencias agradables: haz trayectos cortos que terminen en algo divertido, como un paseo, para que no siempre lo relacione con el veterinario.
  • Evita transmitir nerviosismo: los animales perciben nuestro estado de ánimo. Mantén la calma y háblale con tono tranquilo.

Durante el traslado

El camino hasta la clínica es otro momento crítico. Algunas recomendaciones:

  • Coloca el transportín en una superficie estable dentro del coche, preferiblemente sujeto con el cinturón.
  • Cubre parcialmente el transportín con una manta ligera, especialmente en gatos, para reducir estímulos visuales.
  • Evita dar comida justo antes del viaje, ya que los nervios pueden causar vómitos.
  • Habla con suavidad y no pongas música muy alta.

En la sala de espera

El ambiente de la clínica puede ser abrumador para perros y gatos. Para minimizar el estrés:

  • Mantén a tu perro con correa corta y segura.
  • Evita sacar al gato del transportín hasta entrar en consulta. Un transportín cubierto le da seguridad.
  • Premia la calma con caricias o golosinas.

La diferenciación de zonas para perros y gatos, ayuda a crear un entorno más relajado.

Durante la consulta

El momento de la exploración puede ser el más delicado. Aquí es fundamental el trabajo conjunto entre tutor y veterinario.

  • Permanece cerca de tu mascota: tu presencia transmite seguridad.
  • No la inmovilices con fuerza excesiva: deja que el personal veterinario utilice las técnicas adecuadas para sujetar de forma segura.
  • Usa premios de alto valor: pequeños trozos de comida sabrosa pueden distraer y asociar la visita a algo positivo.
  • Mantén un tono de voz tranquilo y cariñoso.

Después de la visita

El regreso a casa también es parte del proceso de habituación. Es importante que tu perro o gato no asocie la visita únicamente con algo negativo.

  • Ofrece un premio especial o un rato de juego al llegar.
  • Permite que descanse en un lugar tranquilo, ya que las emociones pueden dejarlo agotado.
  • Refuerza el transportín como un espacio seguro, no lo guardes inmediatamente.

Estrategias a largo plazo

Si las visitas al veterinario siempre son difíciles, existen técnicas que pueden mejorar la situación:

  • Visitas de habituación: acude a la clínica sin cita, solo para que tu mascota entre, reciba premios y vuelva a casa.
  • Adiestramiento en manejo: enseña a tu perro o gato a tolerar toques en patas, boca y orejas, de forma progresiva y positiva.
  • Colaborar con la clínica: algunos centros aplican protocolos fear free (libres de miedo), adaptando cada consulta al bienestar del paciente.

La importancia de la paciencia y la empatía

Reducir el estrés en la clínica no es un proceso inmediato. Requiere constancia, paciencia y, sobre todo, empatía. Recordemos que para nuestras mascotas se trata de un entorno desconocido, lleno de estímulos y manipulaciones.

Con pequeños pasos, podemos lograr que cada visita sea más llevadera, reforzando además el vínculo de confianza entre el animal, el tutor y el equipo veterinario.

En Clínica Veterinaria Estivet te ayudamos a que las visitas sean positivas

En Clínica Veterinaria Estivet, sabemos que la salud emocional de tu mascota es tan importante como la física. Por eso aplicamos un manejo respetuoso y técnicas adaptadas a cada paciente, para que la experiencia en consulta sea lo más tranquila posible.

Si tu perro o gato se estresa en cada visita, no lo dejes pasar. Podemos ayudarte con pautas personalizadas, feromonas, adiestramiento y revisiones adaptadas a su carácter.

📅 Pide tu cita y acompaña a tu compañero peludo en un cuidado veterinario sin miedo ni estrés.


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12 agosto, 2025 noticias

La piel de nuestras mascotas no solo las protege del mundo exterior: también refleja su estado de salud general. Cuando algo no va bien, la piel suele ser uno de los primeros órganos en manifestarlo, ya sea a través de picor, enrojecimiento, pérdida de pelo o la aparición de heridas. Por eso, prestar atención a los cambios en la piel y el pelaje de nuestros compañeros peludos es clave para detectar problemas de forma temprana y mejorar su calidad de vida.

En este artículo repasamos los trastornos dermatológicos más frecuentes en perros y gatos, sus síntomas más comunes, causas posibles y qué hacer si notas que tu mascota se rasca más de lo normal.

Dermatitis alérgica: una causa común y molesta

Uno de los problemas dermatológicos más habituales en la clínica veterinaria es la dermatitis alérgica, que puede tener múltiples causas: alimentos, alérgenos ambientales como el polen o los ácaros, o incluso la saliva de las pulgas. Esta reacción del sistema inmunitario genera intenso picor, enrojecimiento, inflamación y lesiones por rascado.

En algunos casos, como la dermatitis atópica, los síntomas aparecen de forma crónica y estacional, afectando especialmente zonas como las axilas, ingles, cara o patas. Un diagnóstico certero y un tratamiento individualizado son fundamentales para aliviar al animal y evitar el deterioro de la piel.

Parásitos externos: pequeños invasores, grandes molestias

Pulgas, garrapatas, ácaros… Estos parásitos no solo causan molestias, sino que pueden desencadenar problemas serios. Las pulgas, por ejemplo, son responsables de la dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP), una reacción muy común y extremadamente pruriginosa. Por su parte, los ácaros pueden causar sarna (como la sarna sarcóptica o demodécica), con síntomas que van desde pérdida de pelo hasta heridas graves por rascado.

El control antiparasitario constante es una de las mejores herramientas preventivas. Hoy en día existen productos muy seguros y eficaces que protegen a nuestras mascotas de forma prolongada.

Infecciones cutáneas: bacterias y hongos

Cuando la piel se ve comprometida por alergias, parásitos o heridas, puede convertirse en terreno fértil para infecciones secundarias. Las bacterias (como estafilococos) o los hongos (como la Malassezia o los dermatofitos) pueden causar otitis, piodermas, tiñas y otras afecciones que complican el cuadro clínico.

Estas infecciones se manifiestan con mal olor, secreciones, zonas húmedas, costras, cambios de color en la piel y pérdida de pelo. El tratamiento suele requerir champús medicados, antibióticos o antifúngicos según el caso, además de abordar la causa subyacente.

Problemas hormonales: desequilibrios que afectan la piel

Algunas enfermedades hormonales, como el hipotiroidismo o el síndrome de Cushing, tienen manifestaciones dermatológicas claras: pérdida simétrica de pelo, piel oscurecida o fina, infecciones recurrentes y falta de picor evidente. Estas condiciones requieren diagnóstico clínico y pruebas específicas (análisis de sangre, ecografías) para confirmar su origen y pautar tratamiento.

En muchas ocasiones, los tutores no asocian una alteración hormonal con problemas de piel. Por eso, una revisión veterinaria completa es crucial cuando hay síntomas persistentes o extraños.

Dermatitis por contacto o irritación

El contacto con productos de limpieza, plantas tóxicas, suelos tratados con químicos o incluso el uso de collares o arneses mal ajustados puede provocar reacciones irritativas o alérgicas en la piel. Estas suelen manifestarse en las zonas de contacto directo, como cuello, axilas, abdomen o patas, y pueden evolucionar rápidamente si no se elimina el agente causante.

Evitar la exposición, lavar la zona afectada y acudir al veterinario son los pasos básicos ante cualquier sospecha.

Granuloma por lamido: cuando el estrés se manifiesta en la piel

Algunos perros desarrollan un comportamiento compulsivo de lamido constante en una zona concreta, que acaba provocando una lesión profunda, difícil de curar. Este trastorno, conocido como granuloma por lamido, suele estar relacionado con factores de ansiedad, aburrimiento, dolor crónico o falta de estimulación.

El tratamiento implica abordar la causa emocional o física subyacente, además del uso de antibióticos, antiinflamatorios y barreras físicas para evitar el lamido (collares isabelinos, vendajes).

Cómo detectar un problema dermatológico a tiempo

Presta atención a señales como:

  • Picor excesivo o rascado constante.
  • Zonas sin pelo o calvas localizadas.
  • Costras, enrojecimiento, inflamación o heridas.
  • Mal olor en la piel o el pelaje.
  • Cambios en la textura o el color de la piel.
  • Lamido o mordisqueo repetitivo en zonas específicas.

Una detección precoz y un tratamiento adecuado pueden evitar que el problema se agrave y se convierta en crónico.

Diagnóstico y tratamiento: cada caso es único

Los problemas de piel pueden parecer similares a simple vista, pero sus causas son muy variadas. Por eso, hay que realizar pruebas específicas según el caso: raspados cutáneos, citologías, cultivos, análisis de sangre o pruebas de alergia, entre otras.

Solo con un diagnóstico certero es posible instaurar un tratamiento eficaz que no solo alivie los síntomas, sino que resuelva la causa real del problema. A veces será necesario combinar tratamiento tópico y oral, ajustar la dieta, controlar parásitos o incluso derivar a un dermatólogo veterinario.

La prevención es la mejor medicina

Más allá del tratamiento, la prevención es clave para mantener una piel sana. Una correcta alimentación, higiene regular, cepillado, control de parásitos y revisiones periódicas son herramientas esenciales. Además, fomentar un entorno enriquecido y evitar situaciones de estrés ayuda a prevenir alteraciones de origen emocional.

En Clínica Veterinaria Estivet, cuidamos la piel de tu mascota con un enfoque integral

En Clínica Veterinaria Estivet, comprendemos que los problemas de piel no son solo una cuestión estética, sino un reflejo del estado de salud general de tu perro o gato. Por eso abordamos cada caso con rigor, empatía y un enfoque personalizado.

Si notas que tu mascota se rasca más de lo normal, pierde pelo o presenta cualquier cambio en su piel o pelaje, no lo dejes pasar. Podemos ayudarte a identificar la causa y encontrar el tratamiento más adecuado.

Contacta con nosotros hoy mismo y dale a tu compañero peludo el bienestar que merece desde la piel hacia dentro.


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11 julio, 2025 noticias

Cuando llegan las altas temperaturas, nuestras rutinas cambian: adaptamos la ropa, evitamos salir en las horas centrales del día y buscamos refrescarnos siempre que podemos. Pero muchas veces olvidamos que nuestras mascotas no tienen las mismas herramientas para protegerse del calor, y eso puede llevar a situaciones graves, como el temido golpe de calor.

A diferencia de nosotros, perros y gatos no sudan por todo el cuerpo. Su forma principal de regular la temperatura es mediante el jadeo y la evaporación a través de zonas específicas, como las almohadillas de las patas. Esto los hace especialmente vulnerables cuando suben las temperaturas, sobre todo si se dan determinadas condiciones: falta de sombra, mala ventilación, humedad elevada o ejercicio físico en momentos inapropiados.

¿Qué es exactamente un golpe de calor?

El golpe de calor (o hipertermia) ocurre cuando el cuerpo es incapaz de disipar el calor acumulado y su temperatura interna se eleva por encima de los niveles seguros. En perros y gatos, esto sucede cuando la temperatura corporal supera los 40-41 °C, y puede desencadenar una serie de reacciones fisiológicas peligrosas: daño celular, fallo renal, edema cerebral, colapso y, en casos extremos, la muerte.

No se trata de un problema menor ni de algo que se resuelva simplemente con un poco de agua. El golpe de calor es una urgencia veterinaria, y cuanto antes se detecte y se actúe, mayores serán las posibilidades de recuperación sin secuelas.

¿Cuándo hay más riesgo?

El golpe de calor no siempre se produce bajo el sol directo. De hecho, los días más peligrosos son aquellos que combinan calor intenso, humedad elevada y ausencia de viento. Esto ocurre con frecuencia durante olas de calor, en patios cerrados, coches aparcados, terrazas sin sombra o incluso dentro de casa si la ventilación es deficiente.

El riesgo aumenta especialmente en mascotas con sobrepeso, de edad avanzada o con enfermedades respiratorias o cardíacas. También son más vulnerables las razas braquicéfalas —como los bulldogs, carlinos o persas—, debido a la forma de su cráneo y su dificultad para disipar el calor. A esto se suman situaciones como la exposición prolongada al sol sin sombra, el ejercicio físico en las horas centrales del día o la falta de ventilación en espacios cerrados. Los cachorros y gatitos, por su parte, regulan peor su temperatura corporal y pueden deshidratarse con más rapidez.

Cómo reconocer un golpe de calor

Uno de los mayores retos del golpe de calor es que puede parecer que «solo tiene calor», cuando en realidad ya está en peligro. Los signos iniciales pueden pasar desapercibidos, pero evolucionan rápidamente.

Los primeros síntomas incluyen jadeo intenso, respiración agitada, decaimiento, falta de coordinación, vómitos, diarrea o encías muy enrojecidas. También puedes notar que su cuerpo está anormalmente caliente al tacto, especialmente en la zona del abdomen o las patas. Si el cuadro avanza, pueden aparecer convulsiones, pérdida de conciencia o colapso.

En estos casos, el tiempo es crucial.

¿Qué hacer si sospechas un golpe de calor?

Lo primero y más importante: acudir inmediatamente a un centro veterinario. Mientras tanto, puedes empezar a bajar su temperatura corporal, pero con mucho cuidado. No se trata de sumergirlo en agua fría ni de aplicar hielo directamente.

Puedes:

  • Llevarlo a un lugar fresco y sombreado
  • Mojar su cuerpo con agua a temperatura ambiente (nunca helada)
  • Ofrecerle agua fresca, sin forzarlo a beber

Si tienes un ventilador cerca, úsalo para ayudar a evaporar el agua de su cuerpo. Evita cubrirlo con toallas mojadas si no hay circulación de aire, ya que esto puede atrapar el calor en lugar de liberarlo.

No pierdas tiempo buscando soluciones caseras si el animal ya muestra signos de gravedad. La atención veterinaria inmediata puede salvarle la vida.

La clave está en la prevención

Afortunadamente, el golpe de calor es 100 % prevenible. Basta con adaptar nuestras rutinas y entornos a sus necesidades durante el verano.

Evita los paseos largos o el ejercicio intenso durante las horas más calurosas. Asegúrate de que en casa tenga acceso a zonas frescas, sombra y agua siempre disponible. En días especialmente cálidos, puedes ofrecerle comida húmeda para ayudar con la hidratación y usar herramientas como colchonetas refrigerantes o ventiladores.

Y algo fundamental: nunca, bajo ninguna circunstancia, dejes a tu mascota dentro de un coche aparcado, ni aunque creas que solo serán “dos minutos”. Las temperaturas en el interior pueden dispararse hasta niveles letales en muy poco tiempo, incluso con las ventanillas entreabiertas.

Tu atención puede marcar la diferencia

Muchas veces, el golpe de calor se da por descuido o por no saber identificar a tiempo los signos de alarma. Ahora que sabes qué observar, cómo actuar y qué medidas tomar, puedes proteger a tu compañero peludo de uno de los riesgos más graves del verano.

Tu mascota depende de ti para mantenerse segura. Unos minutos de prevención pueden evitar una emergencia.

En Clínica Veterinaria Estivet, contamos con un equipo preparado para ayudarte a prevenir y tratar los efectos del golpe de calor. Si tu mascota ha sufrido un episodio similar o quieres asesoramiento personalizado para este verano, no dudes en contactarnos.

Estaremos encantados de ayudarte a disfrutar de un verano seguro, cómodo y sin sustos


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16 junio, 2025 noticias

El verano invita a disfrutar del aire libre, del sol y del agua, y muchas familias aprovechan la temporada para llevar a sus mascotas a piscinas o playas. Aunque puede ser una experiencia divertida y refrescante, también conlleva ciertos riesgos para los animales de compañía si no se toman las precauciones necesarias.

En este artículo, te explicamos cuáles son los principales peligros que pueden afectar a perros y gatos en estos entornos acuáticos y qué puedes hacer para evitarlos. Porque un momento de diversión no debe convertirse en una emergencia veterinaria.

Ahogamientos: un riesgo real aunque tu mascota sepa nadar

Aunque muchos perros saben nadar de forma instintiva, eso no significa que estén a salvo en todo momento. Algunos animales, especialmente los de razas braquicéfalas (como el Bulldog o el Carlino), tienen una capacidad limitada para flotar y respirar mientras nadan.

Además, los animales mayores, con problemas articulares o enfermedades cardíacas, pueden fatigarse rápidamente y tener dificultades para volver a la orilla o subir por sí solos.

Recomendaciones:

  • Supervisa siempre a tu mascota cuando esté cerca del agua.
  • Usa chalecos salvavidas diseñados para perros, especialmente si vas en barca o el agua tiene corriente.
  • Enséñale salidas seguras: las rampas o escaleras adaptadas son clave para evitar que queden atrapados.
  • Nunca asumas que “se las arreglará solo”, incluso aunque haya nadado otras veces sin problema.

Ingesta de agua: exceso que puede ser peligroso

Al jugar, muchos perros tienden a tragar agua del mar o de la piscina. Esto, en exceso, puede causar problemas graves:

  • Agua del mar: puede provocar diarreas, vómitos o intoxicación por sal (hipernatremia), lo que requiere tratamiento urgente.
  • Agua de piscina: si contiene mucho cloro u otros productos químicos, puede irritar el estómago y el tracto digestivo.

Consejo: tras el baño, ofrece agua potable y fresca, y evita que beba directamente de la piscina o del mar.

Golpes de calor y quemaduras en superficies

El entorno de una piscina o una playa puede alcanzar temperaturas muy altas. Las superficies como el cemento, las piedras o la arena caliente pueden provocar quemaduras en las almohadillas de las patas. Y si la exposición al sol es prolongada, existe el riesgo de sufrir un golpe de calor.

Qué hacer:

  • Evita los paseos o juegos en las horas centrales del día (12:00 a 17:00).
  • Lleva a tu mascota por zonas con sombra o usa calzado protector si es necesario.
  • Proporciónale agua y sombra constante.
  • Observa signos como jadeo intenso, debilidad o desorientación: podrían indicar un golpe de calor.

Otitis y problemas en los oídos

El contacto frecuente con el agua puede causar infecciones en los oídos, sobre todo en razas con orejas caídas o conductos auditivos estrechos, como el Cocker Spaniel o el Labrador Retriever.

Cómo prevenirlo:

  • Seca cuidadosamente sus oídos tras cada baño.
  • Evita que entre agua directamente en el canal auditivo.
  • Usa limpiadores óticos recomendados por el veterinario para prevenir la proliferación de bacterias o levaduras.
  • Consulta si detectas mal olor, enrojecimiento o si tu mascota sacude mucho la cabeza.

Intoxicaciones por productos químicos o algas

El agua no siempre es tan inofensiva como parece:

  • Piscinas: el cloro, alguicidas y otros productos químicos pueden ser tóxicos si se ingieren o causar irritaciones en piel y mucosas.
  • Playas: algunas algas marinas en descomposición pueden contener toxinas peligrosas. También hay riesgo de residuos contaminantes, como gasóleo o restos de basura.

Consejo: enjuaga a tu perro con agua dulce después del baño y no permitas que coma elementos del entorno. Vigila si aparecen vómitos, letargo o alteraciones digestivas.

Cortes y heridas en zonas con rocas o cristales

Las zonas rocosas o con restos de basura en la arena pueden causar cortes en las patas u otras heridas más serias.

Cómo prevenir:

  • Examina la zona antes de dejarlo correr libremente.
  • Vigila si hay cristales, anzuelos u objetos metálicos.
  • Lleva un botiquín con desinfectante, gasas estériles y vendas.
  • Consulta al veterinario si la herida sangra mucho o si notas cojera persistente.

Picaduras e infecciones cutáneas

Los insectos (como avispas o tábanos), medusas o parásitos como pulgas y garrapatas también están presentes en entornos acuáticos o húmedos, especialmente en zonas con vegetación densa.

Prevención y cuidados:

  • Revisa el pelaje y la piel después de cada excursión.
  • Usa antiparasitarios externos recomendados por tu veterinario.
  • En zonas con medusas, evita que entren al agua.
  • Si ves una picadura inflamada, con enrojecimiento o secreción, consulta cuanto antes.

Fatiga y sobreestimulación

Aunque el juego acuático puede parecer inofensivo, un exceso de ejercicio bajo el sol y en condiciones húmedas puede llevar a la fatiga, deshidratación o colapsos.

Consejo: programa descansos frecuentes, no dejes que tu mascota juegue sin supervisión durante largos periodos, y proporciónale un lugar tranquilo donde recuperarse.

En Clínica Veterinaria Estivet te ayudamos a disfrutar del verano sin riesgos

En Clínica Veterinaria Estivet, nos preocupamos por la salud de tu mascota durante todo el año, pero especialmente en verano, cuando los riesgos aumentan en playas, piscinas y entornos al aire libre.

Te ayudamos a elegir los mejores antiparasitarios, te orientamos sobre protección solar, hidratación, primeros auxilios y cómo prevenir lesiones comunes del verano.

Si tienes dudas sobre cómo proteger a tu compañero en playas, piscinas o escapadas estivales, pide cita con nuestro equipo y prepárate para un verano seguro, divertido y saludable junto a tu mascota.

La prevención es la mejor aliada del bienestar.


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9 mayo, 2025 noticias

Con la llegada del verano, muchos planean escapadas y vacaciones. Cada vez son más los que deciden llevar a sus mascotas consigo, convirtiéndolos en compañeros inseparables de aventura. Sin embargo, viajar con un animal de compañía requiere una planificación cuidadosa para garantizar su comodidad, seguridad y bienestar.

En este artículo, te damos los mejores consejos para preparar el viaje, los documentos necesarios, recomendaciones para el trayecto y tips para disfrutar juntos del destino.

¿Es tu mascota apta para viajar?

Antes de planificar cualquier escapada, es importante valorar si tu mascota es apta para realizar un viaje. Factores como la edad avanzada, problemas de salud crónicos, condiciones cardíacas o trastornos de ansiedad pueden hacer que viajar sea una experiencia estresante o peligrosa para algunos animales.

Consejo: Consulta siempre con tu veterinario si tienes dudas sobre si tu mascota puede acompañarte de manera segura. El bienestar de tu compañero debe ser la prioridad de todo tutor responsable.

Preparación previa al viaje

Elección del destino

Antes de elegir el destino, asegúrate de que sea pet friendly. Algunos alojamientos, playas y parques permiten la entrada de mascotas, mientras que en otros están restringidas.

Consejo: Busca hoteles, campings o apartamentos que acepten animales y consulta sus políticas para evitar sorpresas.

Visita al veterinario

Unas semanas antes del viaje, programa una revisión veterinaria para asegurarte de que tu mascota esté en condiciones óptimas para viajar. Aprovecha para:

  • Verificar que las vacunas estén al día.
  • Actualizar la desparasitación interna y externa.
  • Solicitar un certificado de salud si es necesario.
  • Consultar sobre medidas de prevención específicas según el destino (enfermedades transmitidas por insectos, parásitos locales, etc.).

Documentación necesaria

Dependiendo del destino, podrías necesitar:

  • Pasaporte para animales de compañía (en viajes internacionales).
  • Cartilla de vacunación actualizada.
  • Certificado de salud veterinario.
  • Identificación mediante microchip y placa con datos de contacto.

Kit de viaje para tu mascota

Prepara un kit específico que incluya:

  • Agua y comedero portátil.
  • Comida habitual y premios.
  • Medicación si la necesita.
  • Correa, arneses y bozales.
  • Bolsas para recoger excrementos.
  • Manta o cama habitual.
  • Juguetes y objetos familiares para reducir el estrés.
  • Toallitas húmedas y botiquín básico.

Medios de transporte

En coche:

  • Utiliza transportines homologados o sistemas de retención (arnés y cinturón de seguridad).
  • Realiza paradas cada dos horas para que la mascota pueda estirar las patas, hidratarse y hacer sus necesidades.
  • Nunca dejes al animal solo dentro del coche, especialmente en verano.

En avión:

  • Consulta las políticas de la aerolínea respecto al transporte de mascotas.
  • Prepara el transportín conforme a las normativas internacionales (IATA).
  • Asegúrate de que el animal esté habituado al transportín para minimizar el estrés.

En tren o autobús:

  • Verifica si permiten mascotas y cuáles son las condiciones (peso, tipo de transportín, uso de bozal, etc.).

En el destino

Alojamiento

Asegúrate de que el alojamiento permita mascotas y cumpla con tus expectativas. Al llegar:

  • Crea un espacio seguro para tu mascota.
  • Mantén las rutinas habituales de alimentación y paseo.
  • Supervisa al animal para evitar accidentes o daños en las instalaciones.

Paseos y actividades

Investiga rutas de senderismo, playas o parques donde tu mascota sea bienvenida. Recuerda respetar siempre las normas de convivencia, recoger los excrementos y mantener a tu compañero bajo control.

Adaptación al destino

Cada animal reacciona de manera distinta a un entorno nuevo. Permite que tu mascota explore con calma su nuevo espacio y mantén objetos familiares cerca, como su manta o juguetes, para ofrecerle seguridad.

Consejo: No fuerces actividades si notas que tu mascota muestra signos de estrés. La paciencia y la adaptación progresiva son clave para un viaje exitoso.

Recuerda que, como tutor, tu actitud influye directamente en cómo percibe tu mascota el cambio de entorno. Un tutor tranquilo y atento facilitará una transición mucho más positiva.

Atención veterinaria local

Localiza con antelación las clínicas veterinarias más cercanas por si surgiera alguna emergencia durante la estancia.

Consejos adicionales

  • Evita cambios bruscos en la alimentación para prevenir trastornos digestivos.
  • Protege a tu mascota del calor extremo y de la exposición directa al sol.
  • Presta atención a las señales de estrés o malestar.
  • Lleva identificación adicional, como un collar visible con tus datos de contacto.

En Clínica Veterinaria Estivet preparamos a tu mascota para viajar con seguridad

En Clínica Veterinaria Estivet, te ayudamos a planificar el viaje de tu mascota de forma segura y tranquila. Realizamos revisiones pre-viaje, actualizamos vacunas y desparasitaciones, emitimos certificados de salud y te asesoramos sobre todo lo que necesitas para viajar sin preocupaciones.

Contacta con nosotros y empieza tu aventura con la tranquilidad de saber que tu compañero está en las mejores condiciones.


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10 abril, 2025 noticias

Las espigas son uno de los peligros más comunes, pero a menudo subestimados a los que se enfrentan los perros durante los paseos, especialmente en primavera y verano. Estas estructuras vegetales, procedentes de diversas gramíneas, tienen forma de flecha y una superficie con pequeños pelillos orientados hacia atrás que les permite clavarse con facilidad en la piel, orejas, ojos o entre los dedos de los perros.

El riesgo no solo es que se claven, sino que, debido a su forma, pueden avanzar de forma progresiva dentro del cuerpo, provocando infecciones, abscesos o daños internos si no se detectan y retiran a tiempo. En este artículo aprenderás cómo prevenir, identificar y actuar ante un incidente con espigas.

¿Qué son las espigas y por qué suponen un peligro?

Las espigas son semillas de gramíneas que, al secarse, se desprenden y quedan en el suelo, en parques, caminos, jardines y campos. Debido a su forma puntiaguda y sus finos pelillos, se adhieren fácilmente al pelo y pueden desplazarse hacia la piel e incluso penetrar en ella.

Pueden clavarse en diferentes partes del cuerpo del perro, siendo las más comunes:

  • Espacios interdigitales (entre los dedos).
  • Conducto auditivo.
  • Ojos.
  • Nariz .
  • Ingles y axilas.

Su forma les permite penetrar progresivamente y provocar desde irritación hasta infecciones graves o abscesos que requieren intervención veterinaria urgente.

Síntomas de que tu perro podría tener una espiga clavada

Los signos pueden variar según la localización de la espiga, pero entre los más frecuentes están:

  • Cojera repentina sin causa aparente.
  • Lamido o mordisqueo insistente de una zona.
  • Inflamación, enrojecimiento o dolor localizado.
  • Sacudidas frecuentes de la cabeza (cuando la espiga está en el oído).
  • Estornudos constantes o hemorragia nasal (si se ha introducido por la nariz).
  • Secreción ocular o lagrimeo excesivo.
  • Aparición de un bulto o absceso en la piel.

Es fundamental revisar con detenimiento a la mascota después de cada paseo, especialmente si ha estado en zonas con vegetación seca o campos.

¿Cómo actuar si sospechas que tu perro tiene una espiga?

Mantén la calma y examina con cuidado

Inspecciona bien la zona afectada. Si la espiga está superficial y accesible, puedes intentar retirarla con unas pinzas limpias, siempre con mucho cuidado de no romperla o empujarla más.

No intentes manipular zonas delicadas

Si la espiga está en zonas sensibles como ojos, oídos, nariz o si se encuentra muy incrustada, no debes intentar extraerla por tu cuenta, ya que podrías agravar el problema.

Acude inmediatamente al veterinario

El profesional realizará una exploración minuciosa y, si es necesario, empleará instrumental especializado o sedación para retirar la espiga de forma segura y tratar posibles infecciones.

Sigue las indicaciones veterinarias

El tratamiento podrá incluir antibióticos, antiinflamatorios o revisiones posteriores. Es importante cumplir con las pautas para evitar complicaciones.

Riesgos de no tratarlo a tiempo

Si no se retira la espiga, puede desplazarse hacia tejidos internos y provocar:

  • Abscesos.
  • Fístulas (canales de drenaje purulento).
  • Infecciones crónicas.
  • Daños a nivel ocular o auditivo.
  • En casos graves, cirugías de urgencia.

Una actuación precoz reduce significativamente las complicaciones y el dolor para la mascota.

Prevención: la mejor herramienta

  • Evita las zonas con alta concentración de espigas, sobre todo en verano.
  • Cepilla y revisa a tu perro después de cada paseo.
  • Presta especial atención a las patas, orejas, axilas e ingles.
  • Mantén corto el pelo de las zonas propensas en épocas de riesgo.
  • Consulta periódicamente al veterinario para mantener la salud cutánea y prevenir otras afecciones que puedan facilitar la penetración de espigas.

En Clínica Veterinaria Estivet te ayudamos a tratar las lesiones por espigas

En Clínica Veterinaria Estivet, contamos con un equipo listo para el diagnóstico y tratamiento de lesiones por espigas en perros. Si notas algún signo de alerta o sospechas que tu perro ha podido clavarse una espiga, no dudes en consultarnos.

Nuestro equipo te ofrecerá una atención personalizada, realizará una exploración exhaustiva y aplicará el tratamiento más adecuado para garantizar la pronta recuperación de tu mascota. Además, te asesoraremos sobre las mejores medidas de prevención para que disfrutes de los paseos con tranquilidad.

Contacta con nosotros y protege a tu mascota de los peligros de las espigas.


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4 marzo, 2025 Sin categoría

Si tienes perro y sueles pasear por zonas con pinos, hay un peligro del que debes estar muy atento: la oruga procesionaria. Este insecto aparentemente inofensivo puede representar una grave amenaza para la salud de tu mascota, provocando reacciones alérgicas severas y hasta necrosis en la lengua.

En este artículo, te explicaremos qué es la oruga procesionaria, por qué es tan peligrosa para los perros y cómo puedes prevenir sus efectos nocivos. También te daremos las claves sobre qué hacer si tu perro entra en contacto con ella y cuándo acudir al veterinario.

¿Qué es la Oruga Procesionaria?

La oruga procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es la fase larvaria de una polilla que se encuentra principalmente en zonas de pinares de España, Francia, Italia y otros países del sur de Europa. Su nombre proviene de su peculiar forma de desplazamiento en fila, como en una procesión.

A pesar de su apariencia inofensiva, la oruga procesionaria es extremadamente peligrosa porque su cuerpo está cubierto de miles de pelos urticantes que contienen una toxina llamada thaumatopina. Estos pelos se desprenden con facilidad y pueden ser transportados por el viento, lo que aumenta el riesgo de exposición no solo por contacto directo, sino también por inhalación.

¿Cuándo y Dónde Aparece la Oruga Procesionaria?

Las orugas procesionarias son más comunes en finales del invierno y principios de primavera (de enero a mayo, dependiendo del clima). Durante este período, descienden de sus nidos en los árboles y se desplazan en fila por el suelo en busca de un lugar donde enterrarse y completar su metamorfosis.

Los lugares más propensos a albergar orugas procesionarias son:

  • Zonas de pinares y cedros (bosques, parques, jardines públicos y privados).
  • Áreas verdes cercanas a urbanizaciones.
  • Montañas y senderos naturales con pinos.

Si paseas a tu perro en alguno de estos lugares, es fundamental estar atento a la presencia de estas orugas.

¿Por Qué la Oruga Procesionaria es Peligrosa para los Perros?

Los perros son especialmente vulnerables a la oruga procesionaria debido a su curiosidad natural. Al olfatearlas, lamerlas o incluso pisarlas, pueden entrar en contacto con sus pelos tóxicos, lo que puede provocar reacciones graves y potencialmente mortales.

Síntomas Más Comunes

  • Inflamación y enrojecimiento en la boca, lengua y labios.
  • Hipersalivación excesiva.
  • Dificultad para respirar si la inflamación afecta la garganta.
  • Dolor intenso y signos de malestar (lloros, inquietud, rascado excesivo).
  • Vómitos y diarrea en caso de ingestión.
  • Necrosis de la lengua (en casos graves, el tejido de la lengua puede morir y caer, afectando la capacidad de alimentación del perro).

El contacto con la oruga procesionaria debe considerarse una emergencia veterinaria. Cuanto antes se actúe, menores serán las secuelas para el perro.

¿Cómo Prevenir el Contacto con la Oruga Procesionaria?

La prevención es clave para evitar el peligro de las orugas procesionarias. Sigue estas recomendaciones para proteger a tu perro:

  • Evita paseos por zonas de pinares en los meses de riesgo (de enero a mayo).
  • Mantén a tu perro con correa para evitar que se acerque a estas orugas.
  • Observa el entorno antes de soltarlo en un parque o zona arbolada.
  • Presta atención a los carteles de advertencia en parques y áreas naturales.
  • Si ves procesiones de orugas en el suelo, aléjate inmediatamente y avisa a las autoridades locales.
  • Si tienes un jardín con pinos, contacta con servicios de control de plagas para eliminar posibles nidos.

¿Qué Hacer si mi Perro ha tocado una Oruga Procesionaria?

Si sospechas que tu perro ha entrado en contacto con una oruga procesionaria, actúa de inmediato:

  1. Aléjalo del área para evitar más exposición.
  2. No toques la oruga con las manos desnudas; usa guantes si es necesario.
  3. Lava la zona afectada con abundante agua tibia (no frotes, para no esparcir más los pelos tóxicos).
  4. Evita que el perro se lama o frote la zona afectada.
  5. Acude inmediatamente al veterinario. No esperes a que los síntomas empeoren.

Los veterinarios suelen administrar antiinflamatorios, antihistamínicos y, en algunos casos, antibióticos para prevenir infecciones derivadas de la necrosis tisular.

Diagnóstico y tratamiento en Clínica Veterinaria Estivet

En Clínica Veterinaria Estivet contamos con especialistas en urgencias veterinarias para atender este tipo de casos. Si tu perro ha entrado en contacto con una oruga procesionaria, actuar rápido es crucial para minimizar el daño y evitar complicaciones graves.


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10 febrero, 2025 noticias

Las mascotas tienen una forma única de comunicarse con nosotros, y el lenguaje corporal juega un papel esencial en esa interacción. A través de sus posturas, movimientos y expresiones, perros y gatos transmiten emociones, necesidades y hasta problemas de salud. Sin embargo, interpretar correctamente estas señales requiere atención y conocimiento, ya que cada animal tiene sus particularidades y formas de expresarse.

¿Por qué es importante interpretar el lenguaje corporal de tu mascota?

La comunicación con las mascotas no se basa únicamente en palabras; de hecho, la mayor parte de la interacción entre humanos y animales ocurre a través del lenguaje corporal. Entender lo que tu perro o gato intenta expresar es la clave para fortalecer vuestro vínculo y, además, garantizar su bienestar físico y emocional.

Interpretar correctamente estas señales es esencial para identificar problemas de salud o emociones negativas, como el estrés o el miedo. Muchas veces, los cambios en el comportamiento corporal son los primeros indicios de que algo no va bien, permitiendo a los tutores actuar rápidamente para solucionarlo.

Por último, comprender el lenguaje corporal de tu mascota también ayuda a prevenir malentendidos que puedan causar estrés tanto a ti como a tu compañero. Un ejemplo común es pensar que un gato que «araña» está siendo agresivo, cuando en realidad podría estar marcando territorio o liberando energía acumulada. Por todo esto, entender sus señales no solo mejora la relación, sino que también es una herramienta indispensable para cuidar de su salud y felicidad.

Lenguaje corporal en perros: señales más comunes

Los perros son animales muy expresivos, y su cuerpo actúa como un libro abierto para quienes sepan interpretar sus señales. Desde la posición de las orejas hasta el movimiento de la cola, cada detalle cuenta a la hora de descifrar lo que sienten o intentan comunicar.

La cola

El movimiento de la cola es una de las señales más visibles en los perros. Sin embargo, no siempre indica felicidad. Si la mueve de forma enérgica y elevada, probablemente esté emocionado o contento, pero si está rígida y elevada, puede estar mostrando una actitud dominante o alerta. Por otro lado, si la cola está baja o entre las patas, es un claro signo de miedo o sumisión.

Orejas

La posición de las orejas también es clave. Orejas erguidas hacia adelante suelen indicar atención o curiosidad, mientras que, si están hacia atrás, el perro puede sentirse inseguro o temeroso.

Postura corporal

Un perro relajado tendrá una postura natural, con el cuerpo suelto y la boca ligeramente abierta. Si está agachado, con las patas delanteras extendidas y la cola en alto, está invitando a jugar. En cambio, si se muestra rígido o con el pelo erizado, está en alerta o se siente amenazado.

Expresión facial

Las expresiones en el rostro también dicen mucho. Si un perro bosteza repetidamente o lame su hocico, estará intentando calmarse en una situación estresante. Los ojos entrecerrados y la mirada relajada suelen ser un signo de comodidad y tranquilidad.

Lenguaje corporal en gatos: lo que sus movimientos te dicen

Aunque los gatos tienen fama de ser animales más independientes y enigmáticos, su lenguaje corporal también está lleno de matices. Para los tutores atentos, cada movimiento es una pista de lo que sienten o desean.

La cola

La cola es un indicador muy claro en los gatos. Si está levantada y con la punta ligeramente curvada, el gato se siente confiado y amistoso. Una cola erizada o que se mueve de un lado a otro con rapidez es una señal inequívoca de estrés o enfado.

Orejas

Las orejas de los gatos son extremadamente expresivas. Si están hacia adelante, muestran interés o curiosidad, mientras que, si están hacia atrás o planas contra la cabeza, indican miedo o agresividad.

Bigotes

Aunque muchos no lo sepan, los bigotes también hablan. Si están relajados y apuntan hacia los lados, el gato está tranquilo. Sin embargo, si están hacia adelante, está explorando o cazando; y, si están pegados al rostro, es probable que sienta miedo.

Postura corporal

Un gato relajado se estirará o se acurrucará en una posición cómoda. En contraste, un gato que arquea la espalda y eriza el pelo está mostrando una postura defensiva.

Expresiones faciales

Un gato que parpadea lentamente está mostrando confianza y cariño, mientras que unos ojos muy abiertos y una mirada fija suelen ser señal de tensión o miedo.

Señales de estrés o malestar en tu mascota

El estrés y el malestar se manifiestan de muchas formas en las mascotas, y reconocer estas señales es fundamental para actuar a tiempo. Aunque los signos varían entre perros y gatos, hay algunos patrones comunes:

  • Cambios en el apetito: tanto la falta de apetito como el comer en exceso son un indicio de estrés.
  • Lamerse o rascarse en exceso: este comportamiento, especialmente si se acompaña de pérdida de pelo, es un síntoma de ansiedad o incomodidad.
  • Aislamiento: si tu mascota, normalmente sociable, comienza a esconderse o evita el contacto, algo podría estar afectándola.
  • Vocalizaciones inusuales: los gatos maullando en exceso o los perros ladrando sin motivo aparente están tratando de comunicar su malestar.
  • Conductas destructivas: masticar objetos o arañar muebles más de lo habitual es una forma de liberar tensión acumulada.

Señales de felicidad y bienestar en tu mascota

Por otro lado, saber cuándo tu mascota está feliz y cómoda es igual de importante. Aquí tienes algunas señales que indican bienestar:

  • Postura relajada: un perro que se tumba de lado o un gato que se estira sin preocupación están mostrando que se sienten cómodos y seguros.
  • Vocalizaciones positivas: los maullidos suaves en los gatos o los ladridos juguetones en los perros son una señal de buen humor.
  • Interacción activa: buscar tu compañía, pedir caricias o querer jugar son claros indicativos de que tu mascota está feliz a tu lado.
  • Curiosidad: un animal que explora su entorno con interés demuestra confianza y tranquilidad.

Consejos para mejorar la comunicación con tu mascota

Para interpretar mejor el lenguaje corporal de tu mascota y fortalecer vuestra relación, te recomendamos seguir estos consejos:

  • Observa con atención: dedica tiempo a estudiar sus comportamientos y posturas en diferentes contextos. Esto te ayudará a identificar patrones y señales únicas de tu mascota.
  • Crea un ambiente seguro: un hogar tranquilo y libre de estrés permite que las mascotas expresen su lenguaje corporal de forma más clara y natural.
  • Sé paciente y constante: la confianza se construye con el tiempo. Evita regañar a tu mascota por comportamientos que no entiendas y, en su lugar, intenta descifrar lo que necesita.
  • Busca información y apoyo: si tienes dudas sobre el comportamiento de tu mascota, no dudes en consultar a un veterinario o a un experto en comportamiento animal.

Recuerda que fortalecer la comunicación con tu mascota no solo hará que se sienta más feliz, sino que también te permitirá detectar problemas de manera temprana y cuidar de su bienestar integral.

En Clínica Veterinaria Estivet, te ayudamos a comprender el lenguaje corporal de tu mascota para mejorar vuestro vínculo

En Clínica Veterinaria Estivet, nos preocupamos tanto por la salud física como emocional de tu mascota. Entender su lenguaje corporal es una herramienta clave para detectar problemas y garantizar su bienestar. Por eso, si tienes dudas sobre el comportamiento de tu compañero o necesitas orientación profesional, estamos aquí para ti.

Nuestro equipo está listo para ayudarte a cuidar y entender mejor a tu mascota. ¡Contacta con nosotros hoy mismo y empieza a conectar con tu mascota a un nuevo nivel!



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